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Desde el pasado domingo se dio
apertura a la celebración icónica de Popayán: la Semana Santa. Es el momento
indicado para el desarrollo de diversas actividades culturales y económicas que
buscan mostrar una ciudad reluciente. Sin embargo, Popayán continúa siendo una
de las más desiguales del país y la novena con mayor desempleo.
Por estos días en Colombia no se habla más que de la Semana
Mayor, es un periodo donde confluyen diversas expresiones tanto en lo
individual como en lo colectivo, la más sonada de estas, es sin duda, la
celebración Cristiano-Católica que se desarrolla en torno a esta semana. En el
foco de esta apoteosis se encuentran las tradicionales procesiones que se
realizan en diversas latitudes del país. No obstante, el protagonismo de ésta
se centra en puntos geográficos específicos, debido al gran significado y
reconocimiento histórico que ha poseído en su respectiva comunidad y en el
resto del país; entre estos principales puntos de encuentro se destacan las
procesiones de Mompox en Bolívar y Popayán, capital del departamento del Cauca.
La Semana Santa en Popayán se viene desarrollando de manera
ininterrumpida durante 459 años, resistiendo las complejas y estrelladas
situaciones que han caracterizado a esta zona del país. La tradicional fiesta
religiosa le ha valido a esta ciudad varios reconocimientos, entre ellos, el
hecho de ser nombrada la “Jerusalén de América” o la de ser incluida por la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
–Unesco-, en el año 2009, en la lista de Patrimonios Inmateriales de la
humanidad. Ahora bien, la ciudad que se presenta por estos días en diversos
medios masivos de comunicación, difiere mucho de la realidad que tienen que
vivir los habitantes de esta urbe.
Actualmente Popayán, según el Departamento Administrativo
Nacional de Estadística -DANE-, posee la novena tasa de desempleo del país con
un 12,8% superada por ciudades como Quibdó, Florencia y Cúcuta. Esto se puede
constatar adentrándose en el centro histórico cualquier día del año, que no sea
semana santa, ya que con anterioridad al inicio de la conmemoración se realiza
una campaña de enlucimiento del centro histórico y todos los vendedores
ambulantes que en él se encuentran, son retirados de manera obligatoria del
sector. En varias ocasiones se han presentado fuertes enfrentamientos entre la
ciudadanía y los funcionarios de la alcaldía encargados de realizar la
ordenanza.
La Popayán que por estos días se presenta, es la séptima
ciudad con mayor población en condiciones de pobreza, alcanzando un 32,5%,
cifra por encima del promedio nacional. La capital caucana es una de las
ciudades intermedias que muestra altos índices de victimización. El 19% de las
personas encuestadas por el DANE han sido víctimas de un delito. Las victimas
por hurto alcanzan el 12% en las encuestas. La tasa de homicidio en la ciudad
es de 30 por cada cien mil habitantes, sin embargo en la última semana de
marzo, siete ciudadanos han sido asesinados.
Más allá de las estadísticas que ofrece el DANE, son los
propios habitantes los que reclaman un cambio urgente en la forma de
administrar la ciudad por parte del gobierno municipal. Varias de las
pretensiones que exigen los ciudadanos, la pueden avistar los visitantes al
recorrer algún sector de la ciudad. Entre estos problemas se encuentra el mal
estado de la malla vial y la inseguridad que para el 78,4% de la población
ocurre en la vía pública, en plazas de mercado o en calles comerciales.
Quizás la ciudad con más fortunio histórico en Colombia ha
sido Popayán; ha contado con quince presidentes, lo que le ha merecido el
título de la “Ciudad Fecunda”. No obstante, a pesar de las diversas
personalidades políticas que ha emanado, no ha sido posible la construcción de
una arteria vial que la comunique con los municipios de la costa pacífica del
departamento. Situación que ha denunciado por años la población
afrodescendiente proveniente de esos territorios, ya que tienen que pagar
grandes costos en transporte aéreo o marítimo para comunicarse con sus
comunidades.
A pesar de ser capital de un departamento, no posee una
comunicación efectiva con todas sus poblaciones. Se piensa que Popayán es un
“solo” respecto a un “resto”, lo que resulta perjudicial para los habitantes de
localidades históricamente complejas, donde el conflicto social y armado ha
obligado a sus pobladores a abandonar sus tierras y desplazarse a la ciudad.
Una ciudad que no los representa y protege sino que, en cambio, los señala y
limita. Debido a la falta de empleo, muchos deciden volcarse como vendedores
informales en la zona céntrica, corriendo el riesgo de ser constantemente
perseguidos por funcionarios de la alcaldía y la fuerza pública.
Quizás, el problema de la capital caucana no sea únicamente
la falta de gobernabilidad; los efectos del conflicto social se entremezclan
con las cifras de muerte que deja la violencia en la ciudad real, la Popayán
periférica invisibilizada para los turistas. Por ello es justamente digno de
mostrar, además de la tradicional semana santa, las experiencias de pobladores
y procesos urbanos que día a día construyen una ciudad distinta, que resisten y
luchan en solidaridad con los pueblos del campo por un país con mejores
condiciones de vida.
muy buenas critica y forma de ver la otra cara de la semana santa en popayan, descuidar nuestra gente nuestro campo y nuestra identidad solo por el echo de mostrar una cara de popayan que año a año pierde su esencia por que de tradición religiosa ya queda poco aunque eso es lo que se treta de aparentar solo para mejorar los ingreses de pocos y quitarle el trabajo a muchos
ResponderBorrarLa semana santa en Popayán es una celebración religiosa de gran fervor, donde muchos turistas llegan a disfrutar de todos los eventos que se realizan, mientras ciudadanos propios y otros aprovechan para mejorar su economía rebuscándose como sea ya que no hay que perder la oportunidad de obtener dinero.
ResponderBorrarla semana santa es una semana de fervor donde se reúnen las familias a compartir y recorrer los centros historicos.
ResponderBorrarUno los eventos más importantes que hay en la ciudad de Popayán y reconocido no solo en el país sino en el exterior, es la Semana Santa: Una tradición que lleva más de 400 años. El derecho a un barrote y la participación en la procesión como carguero, generalmente, se hereda de padres a hijos y se considera todo un privilegio.
ResponderBorrarSemana Santa donde las personas creyentes solo ponen fe para igual disfrutar de esta época, no con las intenciones de aportar a la economía y vaya que se termina aportando, se convierte en una época de muchos consumidores y oferentes, sea cual fuere el producto, en gastronomía de la Ciudad de Popayán, imágenes, lo que sea relacionado con la Semana Santa es un echo que va incrementando la economía.
ResponderBorrarEs de destacar la hermosa tradición de la Semana Santa en Popayán con sus tan admirados pasos, procesiones y demás actos religiosos que se llevan a cabo, esto sin duda incrementa los ingresos de muchos oferentes de productos y servicios; pero también es de poner en conocimiento la ciudad negra, la otra parte de nuestra ciudad, la cual está llena de inseguridad, desempleo, pobreza y muchos problemas sociales. Lo que más rabia me da, es la forma en la que "reubican" a los comerciantes que venden a los alrededores del centro histórico, pues en realidad no los reubican sino que los sacan casi que a patadas disque para que no dañen el "aspecto" de dicho sector, que indignación.
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