El monopolio es una forma
del mercado en la que una sola empresa ofrece un bien o un servicio. Un
monopolio muy común es el de las empresas de acueducto, pues incluso si fuera
posible que un número indefinido de empresas pudiera hacer llegar al mismo
tiempo sus propias tuberías a cada casa, es más eficiente, barato y beneficioso
para la sociedad que sea una sola la que lo haga. Esta última situación se
conoce como monopolio natural.
Así entonces se pensaría
que el monopolio es algo beneficioso para el consumidor pero no, el principal
temor que despiertan los monopolios no naturales es que los bienes terminan
siendo manipulados por estos y en consecuencia más escasos, caros que cuando
hay competencia, pues la empresa puede jugar con sus precios a su gusto. Sin
embargo, no puede hacerlos subir tanto como quisiera, pues a medida que suba
los precios los clientes comprarán menos unidades y puede llegar un punto en el
que las ventas sean cero.
Si producir y vender una
unidad más le significa al monopolista un ingreso adicional mayor al costo
adicional en el que incurrió, ofrecerá esa unidad adicional. Por lo tanto, el
monopolista aumentará su producción hasta que el ingreso que reciba por
producir una unidad más, ingreso marginal, sea igual al costo marginal, o sea
el costo de producir esa última unidad.
Ya expuesto esto ahora
miraremos el caso opuesto al monopolio para ver la gran diferencia de con el
ingreso marginal expuesto; cuando hay competencia, ese costo marginal es igual
al precio, pues ninguna empresa podría vender por encima del nivel que
garantiza que no haya pérdidas. Si el precio está por encima de ese nivel,
siempre habrá un empresario que bajará los precios y obligará a los otros a
hacer lo mismo.
Pero cuando hay monopolio,
los compradores no tienen alternativas, y el único empresario tiene cierto
margen para subir los precios hasta obtener la ganancia máxima, y por eso,
puede establecer precios mayores al costo marginal. Si el precio es mayor al
costo marginal es porque el monopolista está sometiendo a los consumidores a
una escasez y un encarecimiento artificiales de su producto.
Por esto se puede decir
que el sobreprecio que el monopolio puede
imponer a sus usuarios es exactamente igual a un impuesto como los que cobra el
gobierno, excepto que lo recaudado por este producto o servicio va directamente
a las cuentas del monopolista y no al financiamiento del gasto público, como ocurre con los
verdaderos impuestos.
El monopolista puede utilizar su poder de mercado con objeto de apropiarse de todo o parte del excedente del consumidor y esto se debe a que es un simple vendedor quien no tiene rivales.
ResponderBorrarEl monopolio es una estructura de mercado ilegal, aunque muchos no lo vean así. Pues un sólo productor tiene el manejo completo de un mercado de un producto cualquiera, puesto que consigue no tener más sustitutos de ese producto y por tanto no tiene competencia. No estoy en nada de acuerdo con esta estructura de mercado porque uno como consumidor se va a ver afectado, pues ellos disponen el precio a su antojo y lo único que nos toca hacer es acomodarnos a eso porque no hay otra empresa que nos ofrezca lo mismo.
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